Bolivia y La Integración Latinoamericana

Bolivia y La Integración Latinoamericana

Imaginarios para una integración ecológica

Hablar de Bolivia y La Integración Latinoamericana implica trazar una larga búsqueda de constituir una identidad, así como un bloque capaz de contrarrestar la fuerza de los mercados europeos y los norteamericanos. Lo que ambos textos remarcan es el problemático camino hacia un tipo de integración que se consolide no solo de forma institucional, sino también como un bloque de fuerza capaz de hacer frente a las externalidades políticas, económicas y culturales a las que se enfrenta la región latinoamericana en general. Es evidente que la historia de la integración en la región ha sido más conocida por los intentos y las iniciativas, más que por los resultados y las culminaciones. Muchas de las razones del fracaso de la integración se pueden rastrear en los múltiples contextos políticos, que por supuesto incluye a los gobiernos militares y la desestabilización de una buena parte de los acuerdos de integración que se tenía desde el siglo XX. Otro factor importante es la matriz de acumulación de capital en la región. En otras palabras, la crítica va dirigida al rentismo y el extractivismo de materias primas no renovables como mecanismo primordial para la renta y crecimiento de las naciones suramericanas y caribeñas. Este artículo no abarcará la descripción de los errores (o triunfos) de la integración, más al contrario, tratará de plantear el post-extractivismo como un programa capaz de impulsar otro tipo de integración, tomando en cuenta las opiniones y críticas a los procesos de integración actuales y previos.

La importancia de la integración en América Latina se basa en tipos ideales de construcción regionales que tengan como punto de partida una sólida base de industrialización, desarrollo, sostenibilidad e inclusión social. La crítica que haremos va direccionada a las faltas de compromiso para un proceso de integración homogéneo que vaya más allá de las contingencias y coyunturas que hay en cada país. Así mismo hay que recalcar que los procesos históricos de la región estropearon muchos de los proyectos y prospectos integracionistas que se tenía, esto demuestra que la consolidación de un proyecto integracionista homogéneo, está al día de hoy, lejos en su concreción y simulación. Para una mejor delimitación temporal en cuanto al análisis de la integración el presente ensayo hará un énfasis en los procesos de integración con mayor consolidación, además de centrar el análisis en el extractivismo y la economía rentista como el principal problema para una mayor integración e institucionalización de estos complejos procesos.

Según el investigador ambientalista Eduardo Gudynas, el extractivismo y la extracción de materias primas no renovables constituye un enorme retroceso en los procesos de integración de la región. En gran parte, esto se debe a la falsa presunción de los gobiernos progresistas de que los excedentes económicos en base a las rentas mineras, petrolíferas y gasíferas ayudan a fortalecer un mercado común en base acuerdos institucionales de integración como lo es el MERCOSUR.  Como bien menciona Sergio Caballero Santos, la integración adquirió un peso considerable por el “boom” de los precios de los commodities y la coincidencia entre proyectos regionales de integración por afinidad política e ideológica entre varios países. Por otro lado, nunca se dio la definitiva consolidación de un proyecto de integración que no sea frágil y circunstancial. La apuesta por una alternativa más institucional y trascendente puede realizarse mediante enfoques que vayan más allá de la mera dependencia a contextos favorables en precios y demanda agregada (en este caso citar la importancia de China en este proceso de fragilidad institucional resulta de gran importancia) es hablar de las creaciones de nuevos mercados basados en lo que Gudynas llama “transición post-extractivista”.

Abandonar el extractivismo como matriz de acumulación de capitales en la región es evidentemente una de las tareas más difíciles que se tiene a nivel económico y sobretodo político. Ya que implica un cambio radical en las políticas de Estado y de la voluntad política de los gobernantes de turno. Las complejidades que se irían suscitando obviamente sobrepasarían el rol que el Estado tiene para lograr dicha transición. Es por eso el énfasis en una transición post-extractivista que contemple a la integración como fundamento, mecanismo e instrumento para la transición. Esto significaría compromisos institucionales para una transición que tendrá como primeras cuestionantes un mercado común basado en industrias que fabriquen mercancías o productos derivados de las materias primas, pero con una particular diferencia que consta de mayor obsolescencia en cada producto y mercancía, como bien lo expone Gudynas. Es muy importante el rol parlamentario que tiene el MERCOSUR, por ejemplo, porque podría impulsar este proceso y fortalecer al bloque regional con un proyecto que con voluntad política y mucha integración, presentan la viabilidad frente a bloques económicos poderosos como la Unión Europea y las alianzas de los Estados Unidos.

En conclusión, Bolivia y La Integración Latinoamericana clásica ha sido un largo trayecto con múltiples fracasos y algunos éxitos principalmente en la última década. Lo más novedoso del bloque del MERCOSUR fue su grado de institucionalidad en comparación a los viejos proyectos que fracasan en el siglo XX. Sin embargo, se puede notar un profundo retroceso en cuanto a la viabilidad del integracionismo como modelo para el desarrollo y la inclusión social en América Latina. Evaluar los problemas del extractivismo y una posible transición a modelos post extractivistas a nivel regional puede ser un potencial enorme para un tipo de integración que consolide las bases de los actuales modelos, así como encabezar un proyecto pionero en cuanto a lo que la integración se refiere. Hoy más que nunca es pertinente plantear como proyecto una nueva matriz de acumulación que sea sostenible, que impulse el desarrollo industrial y que tenga como motor el medio ambiente y la inclusión social a nivel regional.

Fuente: Diego Otero / Bolivia y La Integración Latinoamericana

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