El Departamento de Santa Cruz constituye la síntesis amazónica boliviana, pues reúne todos los elementos que representan esa riqueza y ese ambiente ecológico de modo sin igual.
La flora y la fauna nativas asoman con fuerza inigualable, al igual que sus paisajes y su interacción con sus caudalosos ríos, conformando un mundo de incomparable belleza y diversidad en todo su apogeo.
Decir Santa Cruz en Bolivia es hablar del oriente, del calor, de la llanura, de la belleza de sus mujeres, de la diversidad de su ambiente, de su capacidad productiva, de su crecimiento económico y poblacional, en fin, es descubrir la vertiente oriental y amazónica de Bolivia, en contraste con su vertiente occidental y andina, centrada en la minería, en las altitudes, en la piedra y en los horizontes sin fin.
Lo primero es conocer Santa Cruz de la Sierra, pues el centro neurálgico del oriente boliviano. Luego debemos internarnos en sus diversas riquezas naturales, culturales y arqueológicas. Sus diversos pueblos, sus fiestas, la diversidad de sus provincias, todo ello conforma un cuadro de extraordinarias sugerencias y diversidad.
Santa Cruz de la Sierra
Fundada en 1561, fue cambiado su emplazamiento varias veces. Es interesante anotar que el primer contacto con los colonizadores españoles en el actual territorio boliviano, se produjo en la región oriental antes que ello suceda en la región occidental, lo que finalmente sucedió en 1533.
No obstante ese primer y temprano contacto, la vida en Santa Cruz y sus alrededores transcurrió ampliamente apartada del ruido colonial, al punto que los jesuitas tuvieron la oportunidad de empezar a construir un mundo nuevo en el Nuevo Mundo, en las misiones jesuíticas de la Chiquitanía y Moxos (Beni), proyecto que fue abruptamente interrumpido hacia 1767 cuando el rey de España dispuso la expulsión de los jesuitas del continente americano.
Durante la República, a partir de 1825 no cambió mucho la situación. Empezaron a surgir quejas por el aislamiento y demandas de federalización, que en el fondo lo que buscaban era atención de la muy lejana Sucre, capital de Bolivia y sede del gobierno. Fue Andrés Ibañéz y su revolución federalista la que puso nuevamente a Santa Cruz y a todo el oriente boliviano, en el centro de la atención del país. Pese a ello, recién en los años 1930, a raíz de la guerra del Chaco el país comprendió que no podía prescindir de la mayor proporción de su territorio y en los años 1940 se planteó la vertebración territorial (Plan Bohan), situación que recién se consolidó en los años 50. A partir de ese momento, empezó a sentirse y percibirse la presencia del oriente en todas las esferas y asuntos del país. Fue como si de pronto hubiera retornado el hijo pródigo al hogar paterno, pletórico de riquezas y novedades.
Hoy Santa Cruz de la Sierra es la urbe más poblada de Bolivia con sus cerca de 2 millones de habitantes, habiéndose multiplicado su población en el lapso de medio siglo en más de 30 veces. El Departamento en su conjunto produce cerca de la mitad de la riqueza nacional y alberga a un tercio de la población nacional. Se caracteriza por su actividad empresarial y las actividades ligadas al aprovechamiento de los recursos naturales renovables, por lo que la agricultura, la ganadería y las actividades forestales son el centro del quehacer de los cruceños.
Gran atención suele brindarse al Carnaval cruceño que rivaliza con el Carnaval de Oruro, sin duda, ambos las máximas expresiones del folklore nacional boliviano. También la atención brindada a los concursos de belleza, ha convertido a Santa Cruz en el semillero de las reinas de belleza de Bolivia, al igual que los desfiles de modas, actividades que marcan notablemente la vida cultural cruceña.
Algunos de los atractivos más importantes de la ciudad y alrededores: La plaza principal y la Catedral, el Paseo del Arenal, el Zoológico de la ciudad y el Orquideario/Mariposario que presentan la muestra más emblemática de la diversidad y la riqueza natural. También los paseos por los ríos más próximos como el Piraí y el río Grande son otros atractivos imperdibles.
Las provincias
Una de las características del ambiente cruceño radica en el atractivo de sus provincias. Todas ellas rivalizan en la celebración de sus aniversarios locales y en sus fiestas, así como en la especialización de sus actividades productivas.
Basta pensar en Vallegrande, ubicado en zona de los valles cruceños, lugar que se hizo mundialmente célebre a consecuencia de la guerrilla de Ernesto Ché Guevara. En esta zona, ubicada al oeste de Santa Cruz, se encuentra toda clase de productos del valle, desde maíz y trigo, pasando por la crianza de animales menores.
Próximo se halla Samaipata, lugar donde se encuentran los restos arqueológicos más impresionantes del oriente boliviano: el Fuerte de Samaipata, último bastión chiriguano y posteriormente inca frente a las incursiones de los bandeirantes brasileros, durante el período colonial. Pero Samaipata también es famoso por el ajedrez, ya que resultaba inexplicable que de un pueblo de menos de diez mil habitantes pudieran salir tantos campeones nacionales en diversas categorías. La explicación es sencilla: los samipateños han dedicado su atención al ajedrez, como ningún otro centro en Bolivia, e incluso han dedicado un edificio para este fin.
También las poblaciones de Montero y Warnes en el norte grande cruceño se destacan por su fuerte participación en las actividades agrícolas y ganaderas. Son los centros de las cadenas productivas de estos sectores y constituyen uno de los engranajes claves de la producción nacional.
Por el sur del departamento se halla Camiri, capital de la producción petrolera del departamento, con un pasado estelar, y por los nuevos descubrimientos de yacimientos de gas, también puede aspirar a un venturoso porvenir.
La Chiquitanía es el territorio de la ensoñación, el lugar donde los jesuitas en el siglo 17 intentaron producir el hombre nuevo, en una serie de misiones, como son las de San Javier, Concepción, San Ignacio de Velasco, Santa Ana, San Miguel, San Rafael y San José
La inmensidad del departamento cruceño también llega al Chaco por el sur y colinda con Puerto Suárez y el Pantanal por el este, lo cual muestra su diversidad de ambientes, sus riquezas naturales.
Flora y Fauna
Los especialistas rivalizan en señalar la cantidad de especies que se han podido identificar o avistar en el departamento de Santa Cruz. No obstante, todos concuerdan que al menos una quinta parte de toda la riqueza florística y faunística americana puede encontrarse en tierras cruceñas.
Veamos un breve reporte sobre Bolivia, donde cerca a 50% de las especies se encontrarían en el Departamento de Santa Cruz:
– En Bolivia se encuentran entre el 35 y 45% de toda la diversidad biológica mundial
– Los sitios naturales del país albergan 389 especies de mamíferos, 1415 especies de aves, 317 especies de reptiles, 254 especies de anfibios y 700 especies de peces. Se ha estimado que acoge a cerca de 20.000 especies de plantas, entre ellas algo más de 160 especies son parientes silvestres de especies cultivadas. También se estima la presencia de 1200 especies de helechos, cerca de 800 especies de hongos.
– Endemismo. De toda esa variedad de plantas y animales señalada anteriormente, algunas son exclusivas del país: 23 especies de mamíferos, 14 especies de aves, 31 especies de reptiles, 69 especies de anfibios y 235 especies de peces, sólo se encuentran en Bolivia. En el caso de plantas, se estima que cerca de 3.000 especies de plantas sólo se encontrarían en Bolivia.
Es embriagante encontrarse con tanta riqueza y diversidad, con tantas sorpresas y maravillas que puede ofrecernos la Madre Naturaleza, que ha encontrado uno de sus refugios más maravillosos en el corazón sudamericano, allí donde se halla el hábitat cruceño. Por ello no puede extrañar que las iniciativas ecologistas que más van madurando en Bolivia en defensa del ambiente y la riqueza se hallen en el Departamento de Santa Cruz.
Pueblos indígenas
En la gran extensión cruceña habitan no menos de veinte pueblos indígenas, con grados variables de contacto con la población urbana, pero manteniendo sus usos y costumbres ancestrales en la medida de sus posibilidades.
Entre ellos se encuentran los Guarayos, Sirionós, Chiquitanos, Zamucos, Izozeños, Chiriguanos, Tapietes y Yuracarés. Todos ellos tienen su propio idioma, sus propias reglas y autoridades. Todos ellos se asientan primordialmente a las riberas de los principales ríos, algunos de los cuales se extienden por varios cientos de kilómetros, como son el Grande, Ichilo, Piraí, Itenez, Parapetí y otros varios. Aún practican formas primarias de aprovechamiento de los recursos naturales, mediante la caza, la pesca, la recolección de frutos y productos del bosque, y también practican una agricultura de subsistencia de pequeña escala.
Platos típicos
- Majao: Compuesto de charque (carne seca), acompañado de arroz y sazonado con pimentón.
- Locro: Especie de sopa, compuesta de arroz, charque y colorante, y el locro de gallina, que consiste en sustituir el charque con carne de gallina.
- Plato Cruceño: Plato preparado en base a plátano frito, arroz y huevos fritos, acompañados con ensaladas de verduras.
- Patasca: Es un caldo que se prepara con carne de cerdo —incluyendo la cabeza— y maíz. Para cuando el plato ya está servido, un buen acompañante es la yuca cocida, cebollita verde picada y sal a gusto del comensal. La patasca es una comida cruceña resultado del intercambio cultural con la región andina.
- Zonzo: Se prepara a base de yuca y queso o charque desmenuzado.
- Cuñape: Elaborado con quesillo o queso blanco, almidón o harina de yuca, huevo, sal y leche.
- Pacumutu: Los ingredientes son carne filete, tomate, cebollas medianas, pimiento morrón rojo, jugo de limón, salsa de soya, aceite y sal.
Hasta aquí un recorrido por algunos de los atractivos del Departamento de Santa Cruz. La mejor forma de conocer un mundo es internarse en él, recorrer sus grandes avenidas y luego sus intersticios. Lo más importante es no pasarse de largo ante las claves de ese mundo. En esta nota hemos procurado reunir algunas de ellas, las que nos ayudan a comprender su lugar, su importancia. Hay más, muchas más. Para el final les dejo esta clave, pues permitirá comprender la disposición de ánimo de este mundo que va emergiendo en el corazón sudamericano: “la Hospitalidad es ley de los Cruceños”.
Fuente: Carlos Rodrigo Zapata C.
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