Cochabamba

Departamento de Cochabamba

Amigos de Bolivia Forums; El Departamento de Cochabamba , el granero de Bolivia, el corazón de Bolivia, el punto de encuentro de los bolivianos, tales son algunas breves descripciones de la “llajta”, tal como sus propios hijos llaman en quechua a su terruño natal. La expresión Cochabamba viene del quechua “kocha” que significa laguna, y “pampa”, planicie.

Capital Cochabamba
Idiomas Español, quechua
Superficie 55.631  km2.
Población  (2021)  841 000 habitantes y de 1.4 millones en area metropolitana
Altitud 2578 metros sobre nivel del mar (Ciudad de Cochabamba)
Temperatura 24oC  (75oF)
Precipitación De 400 a 4500 mm.
Centros urbanos (población, hab.)Cochabamba (618.376); Quillacollo (99.050); Tiquipaya (86.512); Colcapirhua (71.164); Sacaba (155.668)
Pueblos indígenas Quechuas, yuracarés,
Áreas protegidas– Parque nacional Tunari; – Parque nacional Carrasco; -TIPNIS (Parque Nacional y Territorio indígena Isiboro Sécure); – Reserva Nacional de Fauna Andina Incacasani Altamachi (Protección de la vicuña)
Rubros productivosAgrícolas: maíz, papa, durazno, frutas exóticas; Pecuarias: Vacunos, ovinos, camélidos (llama, vicuña, alpaca);piscícolas: surubí, pacú.

El Departamento de Cochabamba es sin duda el centro que eslabona y vincula al país, y por mucho más que por su ubicación geográfica. El clima, su producción agrícola que proveía a las minas del oeste y el sur del país, su vinculación con todos los pisos ecológicos que ostenta la geografía boliviana, son algunos rasgos importantes de ese lugar privilegiado que tiene el Departamento de Cochabamba, y muy en particular su ciudad capital.

Cochabamba también es tierra de hombres y mujeres que contribuyeron decisivamente a la emancipación boliviana y lucharon durante la larga guerra de la independencia que duró 16 años (1809 – 1825). También se distingue por ser cuna de presidentes y de destacados hombres y mujeres de letras, teniendo como máximos exponentes a Adela Zamudio, Carlos Montenegro, Augusto Céspedes, Nataniel Aguirre Martín Cárdenas, Jaime Laredo, Esteban Arce, Marcelo Quiroga, Simón Patiño, Joaquín Aguirre. Si decimos que las  mejores obras de la historia de la literatura boliviana fueron escritas por cochabambinos, como son “Juan de la Rosa”, novela escrita por Nataniel Aguirre, y “El Pozo”, cuento escrito por Augusto Céspedes, no cometemos ninguna herejía, pues así ha sido ampliamente reconocido dentro y fuera del país.

Por esto y mucho más debemos conocer el escenario cochabambino, lleno de historia, cultura, nichos ecológicos, tradiciones y de un inquebrantable amor por la libertad, tal como lo dejaron establecido las Heroínas de la Coronilla, todas esas mujeres, niñas y ancianas que se enfrentaron con las fuerzas armadas españolas durante la guerra de la Independencia, dando prueba de su coraje y de su decisión de gobernarse por sí mismas, y no depender de ninguna voluntad ajena.

El Departamento de Cochabamba

Se halla ubicada en un valle de extraordinaria riqueza agrícola, de clima envidiable, inolvidable. Su ubicación más precisa se halla justamente a medio camino entre las alturas de los Andes y la selva lluviosa del Chapare, donde reinan temperaturas medias de 27oC. Ese lugar ha mostrado ser privilegiado, pues permite al mismo tiempo aprovechar los sedimentos andinos que se han formado un humus rico para el laboreo agrícola y un alto grado de humedad cálida que le confiere al espacio cochabambino su característico signo de distinción.

El crecimiento poblacional de Cochabamba ha sido muy acelerado (en los últimos 10 años ha aumentado en 385.000 hab.) y el 85% de dicha población se ha asentado en áreas urbanas. Ello ha conducido a ocupar las ricas tierras agrícolas para el desarrollo urbano, e incluso a ocupar las zonas altas del valle, lo cual afecta a la gestión ambiental de la ciudad. Todo ello se debe básicamente a la demanda de “un lugar bajo el sol cochabambino”, debido al deseo de migrantes de todo el país de contar con un techo en esa área, habiéndose generado el mercado inmobiliario más dinámico del país.

Área Metropolitana

El Departamento de Cochabamba ha influido poderosamente para atraer población de todos los rincones de Bolivia, que se asentó en la misma ciudad y en su entorno. Así nacieron las ciudades de Quillacollo, Sacaba y Colcapirhua, más apegadas al valle cochabambino, al tráfago urbano y al comercio, el otro eslabón clave de la dinámica cochabambina.

Quillacollo es como la puerta de entrada al valle cochabambino cuando descendemos de Los Andes y pasamos de los 3800 msnm del Altiplano, a los 2400 msnm del Valle. La ciudad se ha hecho muy conocida incluso más allá de las fronteras bolivianas, por el Santuario de la Virgen de Urkupiña que cada año en el mes de Agosto es objeto de gran veneración y de fastuosas demostraciones religiosas, folklóricas y culturales. Se dice que la Virgen devuelve con creces en bienestar material y espiritual las piedras que se extrae de sus canteras, por lo que cada año retornan al santuario quienes el año anterior fueron a pedir sus favores. La ciudad también es sede de múltiples centros recreacionales, así como de algunas industrias.

Sacaba y Colcapirhua son otros centros poblacionales que se han conurbado con la ciudad de Cochabamba hasta conformar el área Metropolitana cochabambina. Estas ciudades están principalmente dedicadas al comercio y la agricultura, por lo que prestan importantes servicios al funcionamiento del conjunto metropolitano.

Valle Alto

Varias pequeñas ciudades conforman el llamado Valle Alto. Entre ellas puede destacarse a Tarata, Punta, Arani, Cliza, Carcaje, por mencionar los centros más notables. En un ambiente donde el idioma quechua gobierna entre sus pobladores, la actividad principal es la agricultura, acompañada de la ganadería, la floricultura, la producción frutícola, la pesca y el turismo.

La represa del Angostura presta múltiples servicios a la agricultura, el turismo, y el medio ambiente, constituyéndose en un importante atractivo para combinar la práctica de diversas actividades acuáticas con el disfrute del mejor clima del mundo, creo que ya lo dijimos.

Estas pequeñas ciudades o villorrios presentan rasgos de vida campestre, donde la producción de chicha de maíz, una bebida con distintos grados alcohólicos, es característica en la región. Sin duda, es la zona más tradicional y típica del valle cochabambino, al cual retornan incluso quienes se fueron muchas décadas atrás. Las construcciones de casas con reminiscencia de otros lugares del mundo, en unos casos alpina, en otros costera, revela dónde pasaron sus vidas sus actuales moradores.

Chapare

El Chapare suena en los oídos nacionales recién desde los años 60 del pasado siglo, cuando se abrieron los caminos 1 y 4 desde la ciudad de Cochabamba hacia la llanura oriental. Puede decirse que hasta entonces el horizonte de la gran mayoría de la población boliviana era andino, que permanecía circunscrito a las grandes altitudes.

Dichos caminos abrieron paso en la espesura de la selva y permitieron la conexión con la red fluvial de la región, surcada por innumerables ríos como el Ichilo, Sécure, Isiboro, algunos de ellos navegables todo el año y conectados con los principales ríos de Bolivia, en este caso con el Mamoré.

El Chapare es una región con una pluviosidad muy alta que supera los 5000 mm al año (como es el caso en el Parque Nacional y Territorio Indígena Isiboro Sécure, TIPNIS), más de diez veces que la precipitación media en la región andina y cinco veces mayor que la que acontece en las llanuras orientales. Cuenta con una riqueza extraordinaria en biodiversidad con decenas de especies animales de gran tamaño (mamíferos) y centenas de especies de aves de todos los colores y variedades. La densidad de su selva, los inmensos helechos, sus flores exóticas y sus plantas fastuosas, hacen del Chapare un lugar mágico, encantado, lo convierten en el lugar en el que el ser humano puede percibir y comprender la naturaleza en toda su plenitud y energía. Por esas características tan únicas, el Chapare se ha convertido en lugar predilecto de emprendimientos ecologistas de todo tipo, desde centros de protección y resguardo de la fauna en peligro de extinción, hasta en lugar de recreación en entornos naturales de gran belleza. Destacan Villa Tunari, Chipiriri, Chimoré, Puerto Villarroel, todos pequeños poblados, a la vera de ríos, en medio de la selva chapareña.

El Chapare también se caracteriza por la producción de coca, aunque de una variedad poco apta para la masticación o acullico, un uso ancestral en Bolivia, que viene desde los tiempos más pretéritos, originado por sus ricos nutrientes y múltiples bondades medicinales. Lamentablemente el empleo de la hoja de coca en la fabricación de clorhidrato de cocaína ha ensombrecido sus múltiples usos benéficos.

Los pueblos indígenas

Los quechuas son el pueblo indígena más importante de Bolivia por su número. Originalmente fueron raidos por los incas, en el arco de una política de traslado de población que servía como mecanismo de control. Se hallan actualmente extendidos por todo el país, pero mayormente concentrados en el valle cochabambino. Es un pueblo alegre, con un idioma muy desarrollado, y un gran apego a las expresiones musicales y folklóricas tradicionales. Su afán por recorrer el mundo ha hecho de los cochabambinos la diáspora boliviana más extendida, ya que se encuentra literalmente en cada rincón del mundo. La presencia quechua le ha dado uno de sus sellos más característicos de distinción a Bolivia, no solo por el enriquecimiento de su diversidad cultural, sino por toda la inmensa gama de aportes que se deben a este pueblo, que al presente supera los dos millones de habitantes en Bolivia.

El pueblo mojeño habita primordialmente la región más pluviosa de Bolivia, el TIPNIS, y hoy en día su población se hallaría en torno a los 30.000 habitantes. El mojeño trinitario es el dialecto más empleado en la lengua mojeña, que tiene 4 dialectos, todos en peligro de extinción.

Los mojeños son responsables en los llanos de Moxos de las lomas, terraplenes, canales y camellones que constituían un sofisticado sistema de control hidráulico, tanto en la pampa como en el bosque, que permitió superar las limitantes ambientales de la región para la agricultura, en particular las inundaciones estaciónales y la baja fertilidad de los suelos. También los grandes mitos de El Dorado o el Gran Moxos se asocian justamente con los mojeños, como el pueblo que fue capaz de mejorar los rendimientos de la misma naturaleza, un pergamino que todo movimiento ecologista del presente quisiera ansiosamente tener.

La población de los Chimán se halla en torno a los 10000 habitantes (Censo 2001: 8528 hab.). Se halla distribuida en varios territorios. La economía de los Chimán, se basa en la pesca y la recolección de productos (miel silvestre, frutos del monte, motacú, jatata). Pescan durante todo el año, siendo la mayor época de pesca la de invierno, pescan a orillas de los ríos utilizando machetes, anzuelo, arco y flecha. También practican la agricultura de roza, tumba y quema, para autoconsumo y sólo algún excedente para la venta, principalmente de arroz, maíz, yuca, plátano, caña de azúcar, cebolla, tomate, y palta. Cazan para la alimentación familiar. Los Chimán cazan tradicionalmente con arco y flecha; también utilizan una variedad de trampas, especialmente para cazar al tigre. El idioma que hablan los Chimán no ha sido aún clasificado entre las familias  lingüísticas que se hablan en nuestro país.

Por su parte los yuracares son un pueblo indígena de no más de 4000 habitantes, el de menor población en el Departamento de Cochabamba. Su principal asentamiento humano se halla en el TIPNIS. El acceso a su territorio está seriamente amenazado por colonizadores, cazadores y madereros, por lo que los recursos naturales, se encuentran en franca disminución.

La comida

Omitir un comentario sobre la comida cochabambina sería ganarnos la eterna enemistad de los cultores de los sibaritas locales. Junto con la destreza en la preparación de comidas exóticas, está la inventiva, la imaginación. El “pique a lo macho”, una mezcla de carnes, con rodajas de locotos picantes, tomates y otros resulta muy simple, ya que este plato sólo combina con muchos amigos, charla, música y abundante cerveza o chicha. Junto a ello están los mil y un ingredientes y la diversidad de gustos que atesora Bolivia, pues todo confluye en Cochabamba. La comida es una razón de vivir, si se vive en el Departamento de Cochabamba, sin lugar a dudas.

Mientras en otros lugares suele destacarse las festividades religiosas, las ferias o algún otro calendario anual, en Cochabamba se nombran los platos de comida más característicos, pues ¿de qué otro modo podría darse mejor prueba del aprecio por esta tierra valluna? He aquí una lista de ellos, dejando claramente establecido que los omitidos, es sólo por razones de espacio.

Platos típicos

  • Conejo lambreado: Cuy rebozado con pan molido y frito, rociado con chorrillana y con guarniciones de ch’uñu phuti y papa blanca.
  • Ch’ajchu: Filamentos de carne de res, cebolla verde, habas tiernas, chuño picado, tajadas de huevo duro, salsa de cebolla a la juliana, tomate y locoto, y ahogado de ají colorado.
  • Chanqa de conejo: Cuy tierno cocido y aromado con hierbabuena, cebolla verde, haba tierna, papa blanca y llajua de locoto. También se prepara de gallina.
  • Ch’aqi de quinua: Caldo espeso de quinua con papa.
  • Chicharrón de cerdo: Cocido al perol en su propia manteca, con mote de maíz blanco y llajwa de locoto.
  • Chupe de papalisa: Caldo de papalisa picada.
  • Enrollado: Embutido de carne de cerdo con especias, que se sirve con escabeche.
  • Escabeche de patitas de cerdo: manitas de cerdo al vinagre.
  • Habas pejtu: Habas tiernas, charque en filamentos, rehogado de cebolla y ají y papa blanca.
  • Humintas: tamales de choclo (maíz blanco tierno) rellenos con queso, cocidos al vapor en la hoja del choclo.
  • Jak’alawa: Caldo espeso de choclo molido con cueritos de cerdo y papa.
  • Jank’akipa: Caldo espeso de maíz tostado y molido con carnes y papa.
  • K’allu: Ensalada de cebolla en cortes grandes, tomate y locoto.
  • Laphin: Pecho de vaca (suadero mexicano) asado a la sartén con mote de habas, solterito y papa cocida con cáscara.
  • Lloqhalla chupe: Caldo sustancioso que contiene locotos soasados a la brasa y cocidos en el líquido.
  • P’ampaku: Versión valluna de la wathiya con carnes de pato, lechón, cordero, pollo y laphin condimentadas. Se sirve con papa y plátanos al horno y ensaladas.
  • Pichones: de paloma fritos o a la brasa con guarniciones. Especialidad del Valle Alto, Cochabamba.
  • Pique macho: Plato con carne picada en cuadros, papas fritas, chorizos, tomates y locotos (de los más picantes, de allí el nombre).
  • Ranga: Caldo blanco de libro de res con papa blanca y sarsa (cebolla fina y tomate).
  • Rellenos de papa: de papa molida y jigote, rebozados y fritos.
  • Riñón al caldo: Rodajas de riñón de res cocidos en agua hervida con papa blanca.
  • Sajta de lisas: Ají de papalisa con filamentos de charque y papa blanca.
  • Sillp’anchu: Carne delgada apanada y frita con arroz, papas en rodajas, huevo frito y salsa de cebolla, tomate y locoto en cubitos.
  • Solterito: Cebolla a la juliana, tomate y locoto picados y Quesillo Cochabambino desmenuzado.
  • Tojorí: Mazamorra de maíz willkaparu molido en trozos grandes.
  • Tomatada de such’is: Pescado de río con ahogado de tomate, cebolla y locoto. Se acompaña con papas blancas.

Hemos concluido nuestro recorrido. Todos y cada uno de los atractivos destacados constituyen rasgos, manifestaciones, eslabones, hilos de ese gran tejido que es Cochabamba. Se hallan entre sí tan densamente entretejidos que no nos puede caber duda alguna, que si alguno de ellos faltara, habría simplemente que ir a buscarlo o crearlo de inmediato.

El Departamento de Cochabamba, en el corazón sudamericano, es una tierra que siempre encontrará motivo y razón para dar que hablar al mundo, por su belleza, su imaginación, su diversidad y su clima.

Fuente: Carlos Rodrigo Zapata C.

Fotos de El Departamento de Cochabamba

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