Pachamama

¿Qué es la Pachamama? II

La Pachamama con forma humana y femenina

Como entendemos a la Pachamama hoy es radicalmente distinto a como se ha entendido esta cosmovisión por las civilizaciones antiguas. Ya en la primera parte de este artículo delimitamos las dos dimensiones del concepto de totalidad en la Pachamama. Por un lado, teníamos una dimensión temporal y otra espacial. Tomadas en conjunto puede explicarse más de la totalidad. Creo que así se vuelve más explícito el problema del tiempo y la circularidad como movimiento espacial y temporal de la vida.

Hoy en día se ha adoptado una concepción profundamente antropomórfica de la Pachamama. Esta primera palabra se puede traducir como “forma humana”. La mayoría de las civilizaciones dieron una forma humana a sus dioses desde los antiguos Vedas de la India, los dioses del Olimpo, hasta el Dios Abráhmico que hizo al hombre a su “imagen y semejanza”, entre otras cosmovisiones/cosmogonías. Quizá podríamos caracterizar al “pachamamismo” como el paso folclorista de la Pacha como totalidad naturalizada a la totalidad humanizada. En sencillo, antes la Pachamama era entendida como un Dios de la naturaleza y el Cosmos, indeterminado y amorfo; ahora la madre naturaleza. Una madre humanizada que nos vigila, que acciona y que tiene voluntad.

Lo más interesante de las cosmovisiones panteístas (aquellas que identifican a Dios con la naturaleza en una unidad) es que piensan a Dios sin el velo oscuro de la voluntad. Las cosmovisiones antropomorfas, al darle una forma humana a una divinidad infinita, le dan el atributo más importante a la divinidad, la voluntad. La metafísica y la teología clásicas en sus ínfulas tratadísticas, trataron de comprender la voluntad de un dios que tiene un juicio infinito. La voluntad siempre implica afirmación o negación, una voluntad infinita solo podría ser comprendida por la mediación de la materia revelada y el espíritu pensante. Lo que Santo Tomas llamó conocimiento análogo. En pocas palabras, los filósofos cristianos tuvieron que hacer un gran esfuerzo para comprender conceptualmente la voluntad infinita de Dios. Especulación metafísica dirán algunos.

La totalidad naturalizada que encontramos en filósofos antiguos como Jenófanes, Malebranche, Spinoza y algunos judíos librepensantes, se acercan a las problemáticas vitales que tuvieron que lidiar los primeros habitantes del Abya Yala con su concepción panteísta de la Pacha (el todo). Una totalidad que es manifestación del tiempo en un espacio que son muchos espacios. Según como se respeta, honra y comprende una cosmovisión, es como se procede con los ritos sucedáneos. Muchos de esos ritos se mantienen. Las ofrendas en hierba y especie, por ejemplo. Muchos ritos también se han actualizado, materia fascinante para antropólogos.

La tergiversación de esta cosmovisión milenaria sin duda los encontramos en los ritos modernizantes y sincréticos hacia la Pachamama. Se la honra, respeta y glorifica como si fuera una divinidad con consciencia y voluntad. Esta madre naturaleza nos podría castigar por infidelidades, por malas prácticas de la comunidad, por algún crimen ante el cosmos inconmensurable. Las divinidades humanizadas fortalecen la fe y actualizan los ritos. Ciertamente esta tergiversación es más común de lo que parece. Los antiguos budistas rápidamente adoptaron los íconos y los símbolos para tener un poco de ese hálito divino que sí pudo alcanzar Siddhartha Gautama. La tergiversación es entonces evolución cualitativa de una cosmovisión. Materia antropológica que valdría la pena indagar más a fondo.

Fuente: Diego Otero / Que es la Pachamama?

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